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Consecuencias de la obesidad en personas mayores

    Consecuencias de la obesidad en personas mayores

    La obesidad en personas mayores es un problema que ataña a gran parte de la población y que tiene consecuencias negativas en quienes la sufren. Más allá de ser una cuestión de estética, influye directamente en el desarrollo de enfermedades e incide en su salud cardiovascular.

    Se calcula que más de un 35% de los hombres y un 40% de mujeres mayores de 65 años sufren obesidad y que a partir de los 80 años, estos porcentajes descienden. El colesterol, la diabetes o la hipertensión son las enfermedades más comunes en este grupo de edad asociadas a un peso elevado y que condicionan el bienestar del adulto mayor.

    Hablamos de obesidad, pero también debemos incluir el sobrepeso ya que ambos se consideran un exceso de peso derivado de la acumulación de grasa. La diferencia reside en el IMC (Índice de Masa Corporal), por la cual, una persona con obesidad presentará un IMC igual o superior a 30 y si es sobrepeso, este IMC será de 25. Tanto uno como otro, son perjudiciales para la salud de la persona.

    La obesidad en personas mayores ha ido en aumento en los últimos años y no sólo afecta a países desarrollados, donde la incidencia es mayor, sino que se extiende a otros en vías de desarrollo. Influyen muchos factores, como veremos a continuación, pero tengamos en cuenta que la obesidad en la tercera edad limita la actividad diaria y la movilidad, provocando una peor calidad de vida.

    Factores influyen en la obesidad en personas mayores

    Como hemos señalado anteriormente, la obesidad está condicionada por una serie de factores que influyen directamente en la salud del adulto mayor, entre los que podemos relacionar:

    – Alimentación poco saludable: llevar una dieta rica en grasas, sal, azúcares que se encuentran principalmente en las comidas rápidas y las bebidas con alto contenido calórico, son algunos de los problemas del consumo de alimentos a día de hoy. Se debe evitar consumir este tipo de alimentos y sustituirlos por frutas, verduras, grasas buenas, fibra… Una dieta mediterránea, una dieta más sana baja en calorías.

    – Falta de educación sobre la alimentación: quizá la falta de información sobre lo que debe de ser una alimentación sana, es la base que origina conductas perjudiciales desde edades tempranas.

    – Sedentarismo: el ejercicio o actividad física es fundamental para mantener una buena salud a cualquier edad. Sin embargo, cuando se es mayor, es necesario adoptar rutinas que permitan realizar cualquier tipo de actividad que implique moverse y activar nuestro organismo.

    – Consumo de tabaco y alcohol: el tabaco unido a la ingesta de alcohol, son hábitos poco saludables para la salud en general e inciden directamente en la obesidad.

    – Edad: a medida que envejecemos, se producen cambios hormonales y un estilo de vida menos activo que puede contribuir a desarrollar exceso de peso.

    – Ciertos medicamentos: las personas mayores suelen tomar más de un medicamento y estos pueden provocar el aumento de peso combinados con una dieta que no esté controlada. Es el caso de esteroides o algunos antidepresivos, por ejemplo.

    – Causas genéticas: la obesidad puede ser también una cuestión hereditaria.

    Para tratar la obesidad en personas mayores, por tanto, lo principal es la prevención, siguiendo unos patrones conductuales y de aprendizaje: comer bien, realizar ejercicio y llevar unos hábitos saludables, aunque puede haber otras causas que sean externas a la persona. En cualquier caso, sería necesario consultar con el médico especialista para poder establecer una serie de pautas que ayuden a llevar una vida más saludable y equilibrada evitando así llegar a sufrir obesidad y diferentes enfermedades asociadas.