Saltar al contenido

¿Cuándo preocuparse por la boca seca en las personas mayores?

    La boca seca, también conocida como xerostomía, es una afección común en personas de todas las edades, pero se presenta con mayor frecuencia en la población mayor. Esta condición puede ser más que una simple molestia; puede afectar la calidad de vida y ser un indicativo de problemas de salud subyacentes más graves. Es crucial entender cuándo la boca seca en las personas mayores debe ser motivo de preocupación y qué pasos tomar para abordarla adecuadamente.

    Causas de la boca seca en las personas mayores

    Envejecimiento

    A medida que envejecemos, nuestro cuerpo experimenta cambios naturales, incluyendo la disminución de la producción de saliva. Sin embargo, el envejecimiento por sí solo rara vez es la única causa de la boca seca. A menudo, otros factores contribuyen significativamente.

    Medicamentos

    Muchos medicamentos comunes en personas mayores tienen efectos secundarios que incluyen la boca seca. Entre estos medicamentos se encuentran los antihistamínicos, antidepresivos, antihipertensivos, diuréticos y medicamentos para tratar la enfermedad de Parkinson. La polifarmacia, o el uso de múltiples medicamentos, puede aumentar la probabilidad de experimentar xerostomía.

    Enfermedades crónicas

    Algunas enfermedades crónicas que afectan a las personas mayores pueden causar boca seca. La diabetes, la enfermedad de Parkinson, la artritis reumatoide y el síndrome de Sjögren son ejemplos de afecciones que pueden reducir la producción de saliva. Además, tratamientos para el cáncer, como la radioterapia en la cabeza y el cuello, también pueden dañar las glándulas salivales.

    Deshidratación

    Las personas mayores son más susceptibles a la deshidratación debido a una disminución de la sensación de sed y la función renal, así como a la ingesta insuficiente de líquidos. La deshidratación puede reducir significativamente la producción de saliva, llevando a la boca seca.

    Hábitos de vida

    El consumo de alcohol, tabaco y cafeína puede contribuir a la boca seca. Estas sustancias tienen efectos deshidratantes y pueden interferir con la producción de saliva.

    Síntomas y complicaciones de la boca seca

    La boca seca puede manifestarse de varias maneras. Algunos síntomas comunes incluyen una sensación de sequedad o pegajosidad en la boca, saliva espesa y viscosa, llagas o grietas en las comisuras de los labios, dificultad para masticar, hablar o tragar, y un sentido alterado del gusto. También puede provocar mal aliento crónico.

    Si no se trata, la boca seca puede llevar a complicaciones más serias. La saliva tiene propiedades antibacterianas naturales y ayuda a proteger los dientes y encías. Una disminución en la producción de saliva puede aumentar el riesgo de caries dentales, enfermedad periodontal, infecciones bucales como la candidiasis, y problemas para usar dentaduras postizas.

    ¿Cuándo preocuparse?

    Persistencia y gravedad de los síntomas

    Si la boca seca es persistente y no mejora con medidas simples como aumentar la ingesta de líquidos o cambiar de medicamento (bajo supervisión médica), es momento de buscar atención médica. Los síntomas severos que interfieren con la alimentación, el habla o el sueño son especialmente preocupantes.

    Cambios repentinos

    Un inicio repentino de la boca seca puede ser un indicativo de un problema médico subyacente que necesita atención inmediata. Por ejemplo, puede ser un signo de un inicio agudo de diabetes o una complicación relacionada con la medicación.

    Asociación con otros síntomas

    Si la boca seca se acompaña de otros síntomas preocupantes como fatiga extrema, dolor en las articulaciones, erupciones cutáneas, hinchazón de las glándulas salivares o cambios en la visión, es esencial buscar atención médica. Estos pueden ser signos de enfermedades autoinmunes como el síndrome de Sjögren.

    Efecto en la calidad de vida

    Si la boca seca está afectando significativamente la calidad de vida de la persona mayor, impidiéndole disfrutar de la comida, socializar o mantener una higiene bucal adecuada, debe considerarse un problema serio que requiere intervención.

    Evaluación y diagnóstico

    La evaluación de la boca seca generalmente comienza con una revisión detallada de la historia clínica y una evaluación de los síntomas. El médico puede realizar un examen físico, que incluye una inspección de la boca y las glándulas salivares. 

    En algunos casos, se pueden requerir pruebas adicionales como análisis de sangre, pruebas de flujo salival y estudios de imagen para evaluar la función de las glándulas salivales.

    Tratamiento

    El tratamiento de la boca seca en personas mayores depende de la causa subyacente. Algunas estrategias comunes incluyen:

    • Cambio de medicamentos: Si un medicamento está causando boca seca, el médico puede ajustar la dosis o cambiar a una alternativa con menos efectos secundarios.
    • Aumento de la hidratación: Asegurarse de que la persona mayor esté bien hidratada es crucial. Esto puede incluir beber más agua, usar humidificadores y evitar sustancias deshidratantes como la cafeína y el alcohol.
    • Estimulantes de la saliva: Productos como chicles sin azúcar y caramelos duros pueden estimular la producción de saliva. En casos más severos, el médico puede recetar medicamentos que estimulen las glándulas salivales.
    • Higiene bucal: Mantener una buena higiene bucal es esencial para prevenir las complicaciones. Esto incluye cepillarse los dientes regularmente, usar hilo dental y enjuagues bucales diseñados para personas con boca seca.
    • Tratamientos médicos: En casos de enfermedades subyacentes como el síndrome de Sjögren, el tratamiento de la enfermedad primaria es crucial. Esto puede incluir medicamentos inmunosupresores o terapias específicas para la enfermedad.

    Prevención

    Prevenir la boca seca en personas mayores implica abordar los factores de riesgo modificables y mantener una buena salud general. Algunas recomendaciones incluyen:

    • Monitorear la hidratación: Beber suficientes líquidos y evitar bebidas que puedan deshidratar.
    • Revisar medicamentos regularmente: Trabajar con el médico para revisar periódicamente los medicamentos y ajustar las dosis o cambiar a alternativas menos secantes si es posible.
    • Mantener una dieta equilibrada: Una dieta rica en frutas y verduras, que tienen alto contenido de agua, puede ayudar a mantener una buena hidratación.
    • Evitar el tabaco y el alcohol: Estos hábitos pueden exacerbar la boca seca y deben evitarse.

    Visitas regulares al dentista: Los chequeos dentales regulares pueden ayudar a detectar problemas tempranos y mantener una buena salud bucal.