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¿Qué hacer cuando una persona mayor sufre comportamientos agresivos?

    Enfrentarse a comportamientos agresivos en personas mayores puede ser un desafío tanto para los cuidadores como para los familiares. 

    A medida que nuestros seres queridos envejecen, pueden experimentar una serie de cambios que afectan su salud mental y física, alterando a veces su forma de interactuar con el mundo que les rodea. 

    Con este artículo queremos ayudar a entender por qué ocurren estos cambios, especialmente la agresividad, y ofrecer consejos prácticos y estrategias para manejar estas situaciones con comprensión, paciencia y eficacia.

    ¿Estás preparado? ¡Vamos allá!

    Cambios de conducta en la tercera edad

    Los cambios de conducta en las personas mayores, incluyendo la agresividad, pueden ser resultado de diversos factores. Estos cambios son a menudo multifactoriales, incluyendo aspectos físicos, psicológicos y sociales. Problemas de salud como demencia, Alzheimer o incluso infecciones urinarias pueden alterar su comportamiento

    Además, la frustración por la pérdida de independencia y el declive físico y cognitivo también pueden influir.

    ¿Cómo identificar las alteraciones de comportamiento en el adulto mayor?

    Identificar alteraciones de comportamiento en adultos mayores es un paso crucial para proporcionarles el cuidado y apoyo adecuados. A continuación, te presentamos algunas señales que debes tener en cuenta: 

    • Cambios en el estado de ánimo: Presta atención a cualquier variación significativa en el estado de ánimo, como episodios de tristeza, irritabilidad o euforia inusuales.
    • Agresividad o irritabilidad: La aparición de comportamientos agresivos o irritabilidad, que antes no eran comunes, puede ser un indicador de que algo no está bien.
    • Retraimiento Social: Si observas que el adulto mayor se aísla o pierde interés en actividades sociales o en hobbies que antes disfrutaba, podría ser señal de un problema subyacente.
    • Confusión o desorientación: La confusión frecuente, problemas para recordar personas, lugares o situaciones recientes, o la desorientación en lugares familiares son signos de alerta.
    • Alteraciones del sueño: Cambios en los patrones de sueño, como insomnio o excesiva somnolencia, también son indicativos de posibles alteraciones.
    • Cambios en el apetito o peso: Fíjate si hay cambios significativos en el apetito o en el peso sin una razón aparente.
    • Hablar menos: Un declive en la cantidad o calidad de la comunicación, como hablar menos o tener dificultades para expresarse, puede ser un signo de alteración cognitiva o emocional.
    • Descuido en la higiene personal: La falta de interés o capacidad para mantener la higiene personal puede ser una señal de depresión o deterioro cognitivo.
    • Cambios en la motricidad: Dificultades en la coordinación o en la realización de tareas cotidianas pueden indicar problemas físicos o neurológicos.
    • Reacciones desproporcionadas: Respuestas emocionales o conductuales exageradas o inapropiadas a situaciones cotidianas pueden ser una señal de alerta.

    Motivos por los que aparece la agresividad

    Los motivos detrás de la agresividad, especialmente en contextos como el cuidado de personas mayores, pueden ser variados y complejos. ¡Pero no te preocupes! Aquí te mencionamos algunos de los más destacados: 

    Problemas de salud física

    El dolor crónico, las infecciones, o incluso la incomodidad general pueden causar frustración y agresividad. En algunos casos, la persona puede no ser capaz de comunicar eficazmente su malestar, lo que lleva a una expresión de agresividad.

    Cambios cognitivos y neurológico

    Enfermedades como la demencia o el Alzheimer pueden alterar la percepción y el comportamiento de una persona, llevando a episodios de agresividad. Estos cambios en el cerebro pueden afectar la memoria, el juicio y el control de los impulsos.

    Medicamentos y sus efectos secundarios

    Algunos medicamentos pueden tener efectos secundarios que alteran el estado de ánimo o provocan confusión, lo cual puede manifestarse como agresividad.

    Problemas psicológicos y emocionales

    La depresión, la ansiedad, y el estrés pueden manifestarse a través de comportamientos agresivos. Además, la frustración por la pérdida de independencia o por cambios en el estilo de vida también puede influir.

    Factores ambientales

    Un entorno ruidoso, caótico, o que resulte desorientador puede ser estresante y provocar respuestas agresivas. La falta de una rutina estable o cambios bruscos en el entorno también pueden ser factores.

    Falta de estimulación o aburrimiento

    La falta de actividades interesantes o estimulantes puede llevar a la frustración y, en algunos casos, a la agresividad.

    Historial personal y traumas

    Las experiencias pasadas y los traumas pueden influir en la manera en que una persona responde a situaciones estresantes o confusas.

    Problemas de comunicación

    La incapacidad para expresarse adecuadamente debido a condiciones como el derrame cerebral o enfermedades neurológicas puede resultar en agresividad como forma de expresar frustración o necesidades no satisfechas.

    Consejos para cuidar a un anciano con comportamientos agresivo

    Cuidar a una persona mayor que muestra comportamiento agresivo puede ser un desafío, pero no imposible. Pero para realizar un buen cuidado, debes de saber lo siguiente: 

    • Mantén la calma: La calma es clave. Responde con voz suave y evita mostrar frustración o enojo, ya que esto puede escalar la situación.
    • Busca entender la causa: A menudo, la agresión en las personas mayores es un síntoma de algo más, como dolor, frustración, confusión o miedo. Trata de identificar qué podría estar provocando la agresión.
    • Crea un ambiente seguro: Elimina los objetos que podrían ser peligrosos y asegura un entorno tranquilo y confortable.
    • Comunicación efectiva: Usa frases cortas y sencillas. Mantén el contacto visual y ofrece tu apoyo y comprensión.
    • Establece rutinas: Las rutinas pueden proporcionar un sentido de estructura y seguridad, lo que puede ayudar a reducir la ansiedad y la agresión.
    • Distracciones y actividades: Proporciona actividades que sean de su interés y que puedan distraer su atención de los pensamientos o emociones negativas.
    • Valida sus sentimientos: Reconoce y valida sus emociones. Esto puede ayudar a calmarlos y a sentirse entendidos.
    • Consulta con profesionales: Si la agresión es frecuente o severa, es importante buscar el consejo de profesionales de la salud para descartar causas médicas o considerar tratamientos.
    • Cuida de ti mismo: Cuidar a alguien puede ser emocionalmente agotador. Asegúrate de cuidar tu bienestar emocional y físico.

    Educación y apoyo: Busca grupos de apoyo para cuidadores o participa en talleres educativos sobre el cuidado de personas mayores.