Durante los últimos años, se ha incrementado de manera notable el número de cuidadoras internas a domicilio para cubrir las necesidades de personas mayores. Con el elevado crecimiento de la población mayor, la figura del cuidador se ha convertido en una pieza clave para el cuidado de estas personas que, en muchas ocasiones, viven solas y no tienen a nadie que puede ocuparse de ellas.
El aumento de las tasas de dependencia y poniendo foco en el rol que cumplen las cuidadoras internas que se ocupan del cuidado de personas mayores y/o enfermos, se hace hincapié en la necesidad de cambios tanto en la atención, mayor compromiso ético y moral, así como un sueldo regulado para garantizar la calidad de la atención a estas personas dependientes.
Si nos centramos en el sueldo de una cuidadora interna en este año y según la Tabla Salarial publicada en el BOE por el Ministerio de Trabajo, se ha procedido a aprobar por Real Decreto 99/2023 de 14 de febrero, el SMI (Sueldo Mínimo Interprofesional) con una subida del 8%, pasando a ser de 15.120€ brutos anuales. La subida tendrá carácter retroactivo desde el 1 de enero de 2023 que hasta entonces era de 14.000€ brutos anuales.
Consideraciones a tener en cuenta para las cuidadoras internas
A este sueldo de una cuidadora interna, habría que restarle la parte proporcional de la Seguridad Social que corre a cargo de la empleadora, sumar las dos pagas extras anuales y el pago en especie (alojamiento y manutención, horas presenciales y pernocta en el domicilio) que no puede ser superior al 30% del total del salario.
Con todo ello, su salario nunca puede ser inferior al Salario Mínimo Interprofesional, o lo que es lo mismo, debe garantizar al año 15.120€ en 14 pagas, siendo 1080€ brutos mensuales o 1.260€ si lo dividimos en 12 pagas.
Por otra parte, hay que destacar que, las cuidadoras internas no tendrán derecho a paro ni subsidio de desempleo, pero si tendrán derecho a la jubilación.
La cuidadora interna tramitará las altas y bajas en la Seguridad Social siempre y cuando trabaje menos de 60 horas mensuales. Si, por el contrario, superan las 60 horas trabajadas al mes, es el empleador quien debe realizar dichos trámites.
¿Por qué contratar una cuidadora interna?
Cuando tenemos un familiar mayor o enfermo, en muchas ocasiones, poder compaginar la vida laboral y familiar nos es imposible por el ritmo frenético que llevamos y que nos impide abarcar a todo como quisiéramos. Lo ideal en estos casos, es poder contar con una cuidadora interna que se encargue de la atención y cuidados de la persona mayor.
Pero, antes de nada, debemos asegurarnos de actuar dentro de la Ley y realizar el proceso de contratación con tranquilidad y seguridad. En mSoluciona Torrelavega, nos encargamos de todo el proceso de selección y tramitación para que no tenga que preocuparse por nada. Seleccionamos a las cuidadoras internas que se adapten al perfil que está buscando, profesionales con experiencia y las actitudes necesarias para cuidar de los tuyos.
Las personas que se dedican al cuidado de personas mayores a domicilio, se trata de profesionales que cumplen una función específica orientada al cuidado de personas dependientes. Una actividad que debe ser remunerada y regulada como cualquier otra, con el añadido de desempeñar un trabajo que requiere dedicación, disposición y una serie de características especiales para asistir a otra persona mayor o enferma.
Una labor que poco a poco se ha reconocido con el aumento progresivo del sueldo a lo largo de estos años. Si en 2012 y 2014, cabe destacar la última modificación en este 2023 que lo sitúa un 8% más que en 2021 que se ve reflejado en la tabla salarial de empleadas de hogar, así como también, las informaciones relevantes a la base de cotización.
Si nos centramos en la cuidadora interna que convive en el propio hogar, contaremos con una persona que se encarga de atender a la persona dependiente durante todo el día (respetando sus horas y días de descanso), cuyas principales tareas serían las siguientes:
– Aseo personal de la persona mayor o dependiente.
– Ayuda para vestirse.
– Ayuda en la ingesta y preparación de las comidas.
– Controlar la toma de medicamentos.
– Asistirle en tares de recoger ropa, hacer la cama, poner la lavadora o planchar, entre otras.
– Ejercicio físico y estimulación cognitiva.
– Acompañamiento dentro y fuera de la casa, paseos, recados.
Una cuidadora interna es sinónimo de atención personalizada hacia nuestros familiares mayores, puesto que se ocupará de todas las tareas diarias y todo lo referente a su cuidado personal. Si tenemos una persona mayor a la que se debe cuidar, una persona interna nos proporcionará mayor tranquilidad y accesibilidad.