
El síndrome de piernas inquietas (SPI) puede ser un trastorno frustrante y perturbador. Afecta la calidad de vida de muchas personas, especialmente de las mayores. Pero ¿qué es exactamente y cómo se puede manejar?
En este artículo, te mostraremos todo lo que necesitas saber sobre este curioso síndrome.
Si quieres saber más, ¡sigue leyendo!
¿Qué es el síndrome de las piernas inquietas?
El síndrome de piernas inquietas, también conocido como enfermedad de Willis-Ekbom, es un trastorno neurológico que se caracteriza por una irresistible urgencia de mover las piernas. Esta sensación suele estar acompañada de sensaciones incómodas, a menudo descritas como hormigueo, tironeo o dolor.
Las personas con SPI generalmente experimentan estos síntomas en la tarde o noche, lo que puede llevar a dificultades para dormir y descansar adecuadamente.
Síntomas de las piernas inquietas
Los síntomas del SPI son bastante peculiares y tienen una firma distintiva que los diferencia de otras afecciones, como, por ejemplo:
- Sensaciones inusuales: Las personas a menudo describen estas sensaciones como un cosquilleo, hormigueo, picazón o, a veces, una sensación de ‘bichos moviéndose’ bajo la piel. Estas no son sensaciones que puedes ignorar fácilmente y tienden a aparecer justo cuando te estás relajando o intentando dormir.
- Necesidad de moverse: Hay un impulso irresistible de mover las piernas. Moverlas proporciona un alivio temporal de esas sensaciones descritas anteriormente, lo que puede hacer que algunas personas pateen o sacudan las piernas sin siquiera darse cuenta, especialmente por la noche.
- Empeora con el reposo: Los síntomas suelen aparecer cuando estás en reposo. Así que, si estás en un largo vuelo o viendo tu serie favorita, es posible que tus piernas decidan que es el momento perfecto para comenzar su baile incontrolable.
- Alivio con el movimiento: Caminar, estirar, o incluso simplemente agitar las piernas puede proporcionar un alivio sorprendente. Este es un punto clave para diferenciar el SPI de otras condiciones.
- Variaciones diurnas: Por lo general, durante el día las personas no sienten estos síntomas, o son muy leves. Es en la tranquilidad de la noche cuando las piernas deciden ser las protagonistas de una inquietante función.
- Problemas de sueño: Dado que los síntomas se intensifican por la noche, puede ser una verdadera batalla lograr ese descanso reparador que todos necesitamos. Esto puede llevar a sentirse cansado o somnoliento durante el día.
¿Qué causa el síndrome de las piernas inquietas en personas mayores?
Aunque aún quedan muchas incógnitas, los médicos y científicos han logrado identificar algunas causas y factores de riesgo que pueden estar detrás de este síndrome tan molesto:
Desbalance de dopamina
Piensa en la dopamina como el director de una orquesta que ayuda a tus músculos a moverse en armonía. En las personas mayores, si este «director» no hace bien su trabajo, pueden aparecer los movimientos incontrolados de las piernas.
Es decir, cuando hay un desbalance de dopamina en el cerebro, las piernas parecen tener vida propia, especialmente en momentos de descanso.
Factor genético
Si en la familia hay historias de SPI, hay más posibilidades de toparse con este trastorno. Así que, aunque no podamos elegir nuestros genes, sí podemos estar atentos a los primeros signos si sabemos que un pariente cercano también ha bailado al ritmo del SPI.
Enfermedades crónicas
Algunas condiciones de salud que a menudo acompañan a la vejez, como la diabetes, la insuficiencia renal o las neuropatías (problemas en los nervios), también se han asociado con el síndrome de piernas inquietas.
Estas condiciones pueden causar daños en los nervios o afectar la forma en que el cuerpo maneja ciertos nutrientes, como el hierro, que es crucial para el buen funcionamiento de los nervios y músculos.
Efectos de medicamentos
A veces, los medicamentos necesarios para otras afecciones pueden tener el efecto secundario de agitar las piernas. Algunos antidepresivos, antihistamínicos y medicamentos para el resfriado son conocidos por esto.
Si notas que los síntomas comienzan o empeoran después de empezar un nuevo medicamento, es algo que definitivamente deberías comentar con tu médico.
Deficiencias nutricionales
El cuerpo necesita diferentes nutrientes para mantenerse saludable, y en las personas mayores, a veces estos nutrientes pueden faltar. La falta de hierro, por ejemplo, es una causa común del SPI. Pero no te lances a consumir suplementos sin consultar antes: un exceso también puede ser problemático.
Estilo de vida
El estilo de vida sedentario y el consumo de sustancias estimulantes como la cafeína o el alcohol pueden dar paso a los síntomas del SPI, así que mantenerse activo y evitar estos estimulantes por la tarde o noche puede ayudar.
Tratamientos para el síndrome de piernas inquietas
Existen varias estrategias y tratamientos que pueden ayudar a calmar ese impulso de moverse constantemente. A continuación, destacamos los más destacados:
- Masajes: Pueden ayudar a relajar los músculos y disminuir las sensaciones inquietantes en las piernas.
- Acupuntura: Algunas personas encuentran alivio de los síntomas con esta antigua práctica.
- Técnicas de relajación: Como la meditación o el yoga, que pueden ayudar a reducir el estrés y, con ello, mejorar los síntomas del SPI.
- Agonistas de la dopamina: Son los fármacos de primera línea para el SPI. Funcionan aumentando los niveles de dopamina en el cerebro, lo que puede ayudar a controlar los movimientos de las piernas.
- Anticonvulsivos: Pueden ser efectivos, especialmente para aquellos que sienten dolor junto con las inquietudes de las piernas.
- Relajantes musculares y medicamentos para dormir: A veces se usan para mejorar la calidad del sueño.
- Opioides: En casos severos y bajo estricta supervisión médica, se pueden recetar para aliviar los síntomas.
Algunos tips para el cuidado de personas mayores con el síndrome de piernas inquietas
Cuidar a nuestros mayores es una labor llena de amor y paciencia, especialmente cuando se enfrentan a retos como el síndrome de piernas inquietas (SPI). Aquí te ofreceremos algunos consejos para ayudarles a encontrar alivio y bienestar:
Establece rutinas relajantes
La regularidad puede ser una amiga fiel para las personas con SPI. Ayuda a tu ser querido a establecer una rutina relajante antes de acostarse: un baño tibio, música suave o una lectura ligera pueden ser el preludio perfecto para una noche de descanso.
Promueve un ambiente de sueño ideal
Crea un clima de sueño: una habitación oscura, fresca y tranquila. Asegúrate de que la cama sea cómoda y que haya poco ruido o distracciones.
Fomenta la actividad física
Animar a los mayores a moverse es maravilloso. Ejercicios suaves como caminar o estiramientos ligeros pueden ayudar a disminuir los síntomas del SPI. Eso sí, es mejor evitar el ejercicio intenso antes de dormir.
Revisiones médicas
Acompáñalos a sus citas médicas y asegúrate de que el médico esté al tanto del SPI. A veces, ajustar otros medicamentos puede ser necesario.
Alimentación balanceada
Una dieta nutritiva es esencial. Incluye alimentos ricos en hierro y vitaminas del complejo B y asegúrate de que estén bien hidratados.
Cuida las medicinas
Si están tomando medicamentos para el SPI, es crucial seguir las indicaciones al pie de la letra, ya que algunos tratamientos pueden requerir ajustes con el tiempo.
Evita estimulantes
Limita el consumo de cafeína, alcohol y tabaco, especialmente en las horas cercanas a la noche, ya que pueden agravar los síntomas del SPI.
Educación y apoyo
Entender qué es el SPI y cómo afecta la vida diaria puede ayudarte a ti y a tu ser querido a manejar mejor la condición. Además, el apoyo emocional es vital; hazles saber que no están solos en esto.
Descanso diurno
Si el sueño nocturno es difícil, promueve siestas cortas durante el día para que no acumulen demasiado cansancio.